Las radios comunitarias en el modelo emergente de la ciberradio

Por: Tina Gardella y Emiliano Venier

Introducción
En el año 1901 un Guillermo Marconi comenzaba a escribir la historia de los medios de comunicación de masas demostrando el potencial de comunicación de la onda hertziana transmitiendo los tres puntos en morse de la letra “s” desde Inglaterra hasta Canadá. Una de las razones que marcó la importancia de este evento fue el hacer posible la primera comunicación inalámbrica global en tiempo real. Sin dudas que Marconi no estaba inventando la radio, pero ese invento constituiría la base de una tecnología que la sociedad de principios de siglo veinte convirtió en uno de los medios de comunicación más potente de historia de la humanidad operar en los cambios culturales y políticos.
En el año 1932, el dramaturgo alemán Bertoldt Brecht planteaba la necesidad de pensar la radio no tanto como un aparato de distribución sino como un dispositivo de comunicación: “la radio sería el mejor aparato de comunicación posible en la vida pública, una vasta red de conductos. Es decir, lo sería si supiera no solo transmitir sino también recibir, dejar que el escucha hable además de escuchar, llevarlo a formar parte de una relación en lugar de aislarlo”. Ya en aquella época donde la radiofonía buscaba mecanismos discursivos y de gestión para consolidarse como medio de masas, se sabía que la interactividad no era un problema tecnológico sino una imposición ideológica y política por mantener poder sobre el mensaje por parte de quienes ostentaban la propiedad y licencias de los medios. Esta impostura llevó al desarrollo de un modelo de comunicación de masas vertical con un fuerte sentido de dominación que de a poco fue permeando en los discursos y en las prácticas sociales desde espacios hegemónicos del poder político y económico.
De manera marginal a estas prácticas se desarrollaron experiencias comunicacionales desde organizaciones que tuvieron en la radiofonía una herramienta para promover la movilización y el cambio social. Estas experiencias no solo contribuyeron al desarrollo del campo teórico de la comunicación, sino que enriquecieron las prácticas comunicacionales con nuevas formas discursivas e incluyendo a actores en los procesos de comunicación.
Desde aquella fecha hasta ahora han transcurrido numerosos cambios tecnológicos lo que ha producido modificaciones en los modos de producción y consumo de los contenidos de los medios. En este sentido la radio ha demostrado una gran capacidad de adaptación y de incorporación de tecnología a su proceso de producción y distribución de contenidos que permitieron mejorar el alcance y la calidad de sus emisiones. Parte de esa dinámica la han aportado las organizaciones o movimientos que adoptaron la radio y las TICs para favorecer procesos de cambio.
A casi un siglo de las primeras experiencias radiofónicas, las denominadas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) intervienen en casi todos los procesos productivos de los medios de comunicación y de la radio generando nuevas y diferentes prácticas comunicacionales al servicio de múltiples actores. En este sentido nos referimos a actores que desde posiciones o espacios otros a los hegemónicos  buscan construir desde lo discursivo procesos de cambio social de grupos subordinados.
La propuesta de esta clase es analizar la relación que desarrollan aquellas radios que llevan adelante como proyecto el cambio social, con las denominadas Tecnologías de la información y la Comunicación, en particular con la Internet.
La pregunta disparadora podría ser de qué manera las radios con proyectos comunicacionales por la movilización o cambio social se apropian de los dispositivos tecnológicos y los resignifican como espacio crítico y de transformación social, y si es posible –y de qué modo- vincular el proyecto político, social, cultural- identitario de una radio comunitaria con las nuevas tecnologías de la comunicación.
Este análisis sobre la apropiación de los usos tecnológicos por parte de las radios comunitarias lo realizamos en el marco de dos procesos uno global y uno local que no podemos dejar escapar. El global está representado en lo tecnológico por la tendencia a la convergencia multimedia y que se ve favorecido por un proceso que responde a la lógica económica del mercado capitalista como lo es la concentración mediática.
En lo local creemos sumamente relevante el reconocimiento del derecho a la comunicación y los alcances definidos por la nueva ley de servicios audiovisuales sancionada en el año 2010 por el Congreso Argentino que pone como sujeto de derecho al ciudadano e impone como desafío garantizar que toda la población pueda ejercer ese derecho.

La radio y la internet en la construcción de un nuevo modelo comunicacional
La radio puede ser considerada como el primer medio de comunicación de masas que para su funcionamiento y consolidación adaptó las tecnologías de usos sociales para configurar una lógica discursiva en la construcción sus mensajes. El fenómeno de la convergencia, si bien ha sido conceptualizado en los setenta y con una nueva impronta digital durante los noventa, no es un fenómeno nuevo ya que si analizamos la configuración de la radio como medio de comunicación social, la incorporación del teléfono y el fonógrafo al proceso de producción de contenidos puede ser comprendida como un fenómeno de convergencia multimedia.
Ahora bien, no podemos negar que las tecnologías de la informática y la internet le han dado un impulso notable en calidad, diversidad, penetración y alcance que ha resignificado el concepto de convergencia y nos permite hablar de un modelo emergente de la radio en el marco de las TICs. En el ámbito de la comunicación alternativa a los espacios de la hegemonía, las tecnologías han logrado interpelar a quienes trabajaban en la construcción de medios participativos con las posibilidades, potencialidades y facilidad de acceso. Es que este modelo emergente se adapta a las prácticas de uso de internet y las adopta para reformular la participación de las audiencias e impulsar la interactividad a través de las tecnologías dando paso a un nuevo modelo del diálogo y la participación.
Este modelo convergente de la radio es denominado por algunos como el modelo de la ciber-radio. Para Mariano Cebrian Herreros los modelos de la ciberradio muestran múltiples variables las cuales obedecen a las posibilidades tecnológicas de cada radio en diferentes momentos pero también de la conceptualización que cada radio tenga respecto a la interacción. Para identificarlas y caracterizarlas Cebrian Herreros plantea la necesidad de diferenciar en primer lugar interacción de interactividad. La interacción tiene un carácter comunicacional entre personas, la interactividad refiere a operaciones de interacción con la máquina.
También es necesario diferenciar lo que es la interactividad en la radio de lo que es la radio interactiva. La primera hace referencia a las herramientas utilizadas por la radio tradicional para lograr la participación (foros, correos, llamados, etc.). La segunda se refiere a la concepción misma de la radio. Pensar la interactividad de la radio como componente esencial de la misma. La interactividad no es lo mismo que la participación. Es una relación diferente. La participación en la radiodifusión está conducida por el emisor, la interactividad iguala al emisor y al receptor.
La interactividad rompe los modelos tradicionales de difusión para convertirlos en modelos de diálogo. Cebrian Herreros sostiene que la interactividad radiofónica va más allá de la interacción entre las personas y se requiere para hacerla posible tratamientos informáticos que pongan en contacto a una persona con la máquina y la información o a dos personas que se alternan en la función de Emisor y Receptor tradicionales para convertirse en usuarios interactivos mediante sonidos.
Algunas de las características señaladas por Cebrian Herreros respecto a la interactividad radiofónica son, en primer lugar el intercambio de papeles en los usuarios ya que en unos casos es el emisor quien inicia el proceso, en otros se abren diversas opciones para la producción por parte del receptor. Otra característica es que los contenidos son configurados de manera abierta para su ampliación y modificación por personas o para el intercambio. Son contenidos que se elaboran en el momento o se almacenan para que alguien en algún momento interactúe con ellos. También es relevante para el análisis la modificación de los espacios-tiempos en el uso de los contenidos.
Este modelo emergente de la ciberradio abre la posibilidad de que el usuario intervenga en todo el proceso desde la selección de contenidos, sus uniones o enlaces y la secuencialidad con plena libertad y que incluso aporte él  sus propias creaciones e informaciones para someterlas al diálogo y juicio de los demás. Es un modelo abierto al usuario y a la vez el usuario se abre a las incorporaciones de los contenidos y opiniones de los otros usuarios.



Entrevista a Bruce Girard

Las radios comunitarias en el contexto de la convergencia
El fenómeno de la convergencia interpela a las organizaciones de la sociedad civil a apropiarse de las tecnologías para dinamizar los medios tradicionales y de esta manera proponer un modelo radiofónico que permita fortalecer los procesos de transformación. Existen radios que tienen un proyecto comunicativo participativo y un proyecto político transformador. Gestionadas por los más diversos colectivos como cooperativas, pueblos originarios, jóvenes, movimientos sociales, periodistas, vecinos y estudiantes,  son radios que incluyen contenidos asociados a las comunidades a las que pertenecen y  ponen en discusión los relatos hegemónicos. Además son las  que informan y educan allí donde las empresas comerciales no ven mercados rentables.
La Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual sancionada en octubre de 2.010, posibilita y habilita que en la titularidad de las licencias también figure el campo social, otorgándole el 33 por ciento del espacio radioeléctrico a las organizaciones sociales sin fines de lucro a través de formas asociativas que conforman genéricamente las “radios comunitarias”. Al consagrar el derecho humano a la comunicación como el eje central de todo su andamiaje jurídico, esta ley instala una política cultural dialógica con pluralidad de voces que democraticen las palabras e impida la concentración monopólica.
En la región latinoamericana, 4 grupos manejan en promedio el 80% de los medios de comunicación. Esta concentración responde a 4 formas:
·         Concentración de propiedad: pocas empresas que manejan muchos medios
·         Concentración geográfica: los medios de mayor alcance están en Buenos Aires y desde allí manejan repetidoras en el resto del país.
·         Concentración publicitaria: pautas que son direccionadas por pocos grandes medios que funcionan como voceros de sus anunciantes.
·         Concentración tecnológica: pocas empresas que controlan nuevas tecnologías y a través de ellas, también la producción de contenidos. Igualmente sobre el mismo soporte se brindan varios servicios (triple o cuádruple play)
Si bien la ley no condiciona contenidos, plantea exigencias que tienen que ver con la producción local, la producción propia y la producción nacional con un piso del 30%. Establece claramente que en las radios privadas, un 70% tiene que ser producido en el país y que un 50% de esos contenidos tiene que ser producción propia, incluyendo aquí noticieros o informativos locales.
Considerando que las radios comunitarias son ese animador socio-cultural con actores, espacios, proyectos, agendas y estrategias de comunicación, que manifiestan ciertas identidades, ya sea de manera emergente o cristalizada, de la cultura donde están insertas, se impone el gran desafío de construir un gran tejido social, profundo y extenso, para que en su intercambio se ofrezcan diversas miradas sobre una misma realidad.
En la construcción de estas identidades, no puede desconocerse que las radios comunitarias, como actores de las organizaciones sociales, están atravesadas por las lógicas tanto del estado como del mercado. El entrecruzamiento de estas lógicas genera una lógica diferente que apunta a la participación de la comunidad y a lo construcción de ciudadanía en la región donde se encuentran insertas.
Con ese objetivo, la producción de “lo local”  nos acerca a  una noción de territorio que excede al espacio físico para instalarse como espacio de construcción de sentido de la gente que lo habita, con sus problemáticas colectivas. Y también nos permiten acercarnos a una concepción de radio comunitaria que excede al carácter de “herramienta” para considerarla como parte de una visión estratégica de cambio social  que supone viabilidad económica, política, cultural, social y tecnológica. El Informativo FARCO (Foro Argentino de Radios Comunitarias) producido diariamente y distribuido por 170 emisoras distribuidas en todas las provincias del país, es un claro ejemplo de ello.
Precisamente pensar lo tecnológico o lo multimedial será siempre una cuestión conceptual y no instrumental porque tiene que ver con cómo nos paramos ante las transformaciones histórico-sociales. Como en la tecnología no alcanza con lo real, necesitamos construir otra cosa a través del lenguaje. Pensar las radios comunitarias como organizaciones definidas por las “conversaciones a que da lugar”, es una hermosa imagen que nos remite también a la red que facilita la convergencia multimedial como una conversación de muchos…para muchos.
Esto tampoco puede estar ajeno a la sostenibilidad y sustentabilidad de las radios comunitarias. Por lo pronto, estas radios han ido construyendo su propia idea acerca de cómo sostenerse. Y en ese camino han comprendido que una radio sin relaciones con su comunidad -geográfica, cultural o social- no puede sostenerse por sí misma, como tampoco si no tiene la capacidad para asegurarse los recursos necesarios que permitan su funcionamiento y el cumplimiento de sus objetivos. Es lo social la principal sostenibilidad de las radios comunitarias. Pero el cómo se relacionan y  qué acuerdos se establecen entre lo social, lo económico, lo  político, lo cultural y también lo tecnológico, dará cuenta de la capacidad para intervenir y transformar la realidad.
Como dice Ernesto Lamas, de AMARC (Asociación Mundial de Radios Comunitarias) “muchos años de historia avalan estas experiencias de comunicación. Miles de personas participan en estas radios. Con su trabajo, muchas veces voluntario, están haciendo ahora mismo una comunicación que moviliza, que cuestiona los estereotipos, que fomenta el pensamiento crítico, las acciones por la justicia, la memoria, las resistencias. Muchas redes nacionales, regionales, mundiales permiten que estas radios se organicen para ser más fuertes y encontrarse”.
Estos procesos deben ser, por la historia y por la nueva ley que las interpela, asumidos y profundizados por las radios comunitarias, como una posibilidad cierta de generar espacios reales y simbólicos donde la gente pueda pensar su realidad  y construir el camino para sus sueños más anhelados.


Entrevista Gastón Montells


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